“Simeón lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios: «Según tu palabra, Soberano Señor, ya puedes despedir a tu siervo en paz. Porque han visto mis ojos tu salvación, que has preparado a la vista de todos los pueblos: luz que ilumina a las naciones y gloria de tu pueblo Israel».”
Lucas 2:28-32 NVI